sábado, 12 de octubre de 2013

Plaza del Ayuntamiento

La actual Plaza del Ayuntamiento, era una de las zonas por donde discurría el  Camino Real. Este lugar se convirtió en plaza, en el lugar de reunión donde los vecinos acudían para estar al corriente de las noticias que llegaban de la Corte o de cualquier rincón del país. Es donde siempre ha estado el edificio del Cabildo o Ayuntamiento.

Durante los siglos XVI y XVII, se conoce a este lugar como "El Llano", por lo amplio del espacio y es durante las fiestas patronales donde se realizaban los festejos taurinos.

En 1604 se terminará de construir un nuevo edificio, de estilo renacentista. Estaba construido con materiales procedentes de Cástulo, este ocupaba aproximadamente el mismo solar del actual edificio.

Se decidió en Pleno Municipal, que para dar mayor importancia a la Casa Consistorial, fuera demolida la manzana de casas que existían en frente del edificio, y en su lugar se construyera una plaza, dando lugar al espacio que ahora conocemos. El primer nombre con el que se la conoció fue, Plaza Real y desde entonces ha recibido varios nombres, Plaza de la Constitución, Rey Absoluto ( en época de Fernando VII ) y más reciente, Plaza de  Linarejos.

Antes de  que se edificara el edificio de la llamada "Casa de la Munición", allá por la mitad del siglo XVII,  existía un montículo, y en lo alto de este , estaban las ermitas de Santiago y San Andrés. A la derecha de este montículo se encontraba un sumidero que recogía las aguas residuales del pueblo. Junto al mismo, al inicio de la calle Jaén, estaba el matadero.

Cuentan que allá por 1808, el mismo 19 de Julio, numerosos linarenses, se acercaron a esta plaza, a la puerta del Ayuntamiento, para saber del discurrir de la Batalla de Bailén, y que un jinete a todo galope, entro en la plaza gritando la victoria del general Castaños sobre los franceses.

En 1875 la plaza se transformó en un paseo cercado y este se embelleció con una hermosa fuente traída de París, llegándolo a conocer popularmente como "el Paseíllo", se convirtió  el lugar de juegos de los chiquillos y de recreo para los abuelos y las niñeras que se sentaban a la fresca sombra de los naranjos de la plaza.

Cuando el agua potable, constituía un bien valioso, el Ayuntamiento, construyó una fuente en el mismo patio del edificio, fuente donde acudían los chiquillos y chiquillas, que por entonces jugaban en el "Paseillo" a calmar su sed con un "jarrillo" el cual se hizo famoso. Llegándose hacer mención en en expresiones cotidianas, como por ejemplo esta, " ni que yo fuera el jarrillo del Ayuntamiento".

En el siglo XX, la plaza sufre varias transformaciones, en Marzo de 1928, se inaugura una estatua de Yanguas Jiménez, que durará poco tiempo. Será en plena República cuando en la plaza, se realizan las obras donde empezará este espacio a tener el aspecto que ahora conocemos. La plaza queda diáfana y durante algunos años es utilizada para la instalación de la feria. El "Paseillo" desaparece y se construyen unos pequeños jardines, sin bancos, por lo que el aspecto de espacio lúdico desaparece, se piensa en las necesidades del trafico más que en zona de recreo, aspecto que a continuado hasta la actualidad.


El paseo de hoy ha llegado a su fin, hemos disfrutado del momento y aprendido algo más sobre la historia de Linares, como ya es costumbre, mis acompañantes están desando hacer una parada y tomar unas "cañas", entablar una tertulia sobre lo que hemos visto, y de lo que aconteció en el lugar visitado, así que nos dirigimos a la taberna "La Casona de Josepi", esta cerca de la Plaza del Ayuntamiento, al inicio de la calle Santiago.







De primero nos han ofrecido de tapa un salmorejo con crujiente de jamón, después hemos continuado con unos filetes rusos con mojo picón, pinchos de pechuga de pollo. Además hemos probado de su carta de raciones, el pastel de espinacas con bacon y crema de roquefort, hemos terminado con un solomillo de cerdo con mostaza caramelizada.