sábado, 25 de mayo de 2013

Calle El Doctor


Hace poco más de cien años, que esta parte de los alrededores de Linares, estaba ocupado por huertas, olivares y alguna que otra casa aislada.




Los nombres con los que eran conocidos algunos lugares de esta zona pervivieron, como la "Huerta del Doctor", dándole nombre a las nuevas calles que aparecieron, coincidiendo con el titulo de ciudad allá por el año 1875.


La colonia de ingleses de Linares contó en esta calle con un agente consular, para agilizar sus gestiones. En 1828 se establecen las primeras empresas de capital ingles.

El éxito de estas empresas atrae a otros familiares y amigos de la misma nacionalidad, que se animan a invertir y trabajar en la zona de Linares.
Fue tan importante la colonia inglesa, que llegó a contar con su propio cementerio e iglesia protestante.

Esta es una calle de personajes famosos, existió una zapatería, donde trabajo un chiquillo que soñaba con ser torero, de nombre Sebastián Palomo. A unos metros de distancia nació otro niño, un día de mayo del año 1943 que también es famoso, Rafael Martos Sánchez, más conocido en todo el mundo como Rhapael. Tal es su fama, que en el solar donde fue su casa, admiradores de la República de Argentina, colocaron una placa en el año 1975 para recordar el lugar de su nacimiento.

También en otra casa cercana existe una placa indicando el lugar de nacimiento, allá por julio de 1951 de Francisco Guerrero Marín, considerado como uno de los compositores más importantes del siglo XX, dentro el ámbito nacional. Además en una de estas casas vivió temporalmente Pedro Poveda, linarense y fundador de la Institución Teresiana.


Después de un paseo por el Linares del siglo XIX, aquel que creció al amparo de la riqueza de la mina, a la llegada del extranjero  y al titulo de ciudad, nos encaminamos  a la calle Nueva, a la taberna La Tabla, para tomar unas cañas. 

De primero nos han ofrecido una de patatas a lo pobre con gulas y huevo de codorniz, después hemos seguido con una cazuela de carne con tomate y para terminar, un rollito de espárragos trigueros con jamón cocido y bechamel.