El periodo de dominación árabe sobre las tierras de Linares, termina con la reconquista de Baeza por parte del Rey Fernando III en 1227. Las nuevas tierras conquistadas, son repobladas con personas que llegan de los reinos del norte de la Península Ibérica: asturianos, cántabros, leoneses, aragoneses o castellanos.
A la aldea de Linares llegan también nuevos pobladores, sobre todo de origen castellano. Junto a la población autóctona deciden levantar un templo para el culto cristiano, en el lugar donde se encontraba la mezquita. Esta a su vez fue construida sobre la primitiva iglesia que existió en época visigoda.
Este nuevo templo se construye durante los siglos XIII al XV bajo la advocación de Santa María La Mayor. Parte de la muralla exterior del castillo debía de pasar junto a la iglesia, ya que para algunos historiadores la parte inferior de la torre del campanario, de planta circular es muy parecida al único torreón que se conserva de la desaparecida fortaleza.
Este nuevo templo se construye durante los siglos XIII al XV bajo la advocación de Santa María La Mayor. Parte de la muralla exterior del castillo debía de pasar junto a la iglesia, ya que para algunos historiadores la parte inferior de la torre del campanario, de planta circular es muy parecida al único torreón que se conserva de la desaparecida fortaleza.
El templo sufre varias transformaciones, en el siglo XVI se decide acometer la construcción de una nueva iglesia de estilo renacentista, sobre la antigua iglesia gótica. En 1573 se encarga la construcción del nuevo edificio al maestro cantero Andrés de Vandelvira. Inicia la obra por el altar mayor y el crucero, pero no llegará a terminarla, la nueva Villa de Linares no puede sufragar una obra de tal magnitud. Es una población pequeña en la que no existen grandes señores, además unos años antes se ha conseguido el titulo de villa y ha pagado su independencia de Baeza.
En el año 1803, en un solar aledaño a la iglesia se construye el cementerio, posiblemente aprovechando parte del solar que ocupaba el castillo, demolido sobre esa época. Desde la iglesia de Santa María hasta el Camino Real hay una empinada cuesta, en ella se encuentra la Capilla de la Animas. Esta era la vía principal de acceso a Linares a pie, ya que la lonja existente impide el paso a carruajes y caballerías hacia la calle del Pilar.
El acceso a la antigua lonja se hacia por tres escalinatas, dos laterales y una central. A esta última se le llamó de "las trece gradas", por ellas subían haciendo penitencia arrodillados los fieles haciendo las estaciones del Via-Crucis. Con los años se decide dar acceso a carruajes y caballerías, se aprovecha el estado de ruina de la lonja , se reforma y desaparece la escalinata, se construye un muro de piedra que perdura hasta la nueva reforma de la lonja. En esta última reforma se vuelve a recuperar la escalinata, siendo esta la que hoy esta en uso para acceder al edificio religioso y su lonja.
La iglesia en su interior conserva el cuerpo gótico de pilares octogonales y bóvedas cuatripartitas, mientras que la parte del crucero es renacentista. En el altar mayor posee un bello retablo plateresco, esta compuesto de una colección de tablas sobre el Antiguo y el Nuevo Testamento, tiene una marcada influencia italiana tanto por el pintor y el escultor que en él trabajaron. Es en el año 1974 cuando el edificio es declarado monumento histórico artístico nacional.
Hoy nuestro paseo ha llegado a su termino. Hemos conocido parte de la historia uno de los edificios más importantes que esta cuidad alberga.
Como ya es costumbre, buscamos un lugar donde tomar unas "cañas", así que nos acercamos a la calle Jaén, al café-bar El Torcal, un lugar que trae a mi mente buenos recuerdos, de una época de mi vida ya pasada. A comentar y dar nuestra opinión de lo visto y lo aprendido, en una tertulia entre amigos.
De primero, hemos tomado una brocheta de "carne", continuando con unas tortillitas de patata y para terminar un bollito de chorizo.
Hemos pasado un buen rato, e incluso hemos recordado parte de esos momentos de juventud, vividos en este local, y uno ha recordado cuando antes de llamase este establecimiento El Torcal, se llamó El Zorro .
Hoy nuestro paseo ha llegado a su termino. Hemos conocido parte de la historia uno de los edificios más importantes que esta cuidad alberga.
Como ya es costumbre, buscamos un lugar donde tomar unas "cañas", así que nos acercamos a la calle Jaén, al café-bar El Torcal, un lugar que trae a mi mente buenos recuerdos, de una época de mi vida ya pasada. A comentar y dar nuestra opinión de lo visto y lo aprendido, en una tertulia entre amigos.
De primero, hemos tomado una brocheta de "carne", continuando con unas tortillitas de patata y para terminar un bollito de chorizo.
Hemos pasado un buen rato, e incluso hemos recordado parte de esos momentos de juventud, vividos en este local, y uno ha recordado cuando antes de llamase este establecimiento El Torcal, se llamó El Zorro .
No hay comentarios:
Publicar un comentario