El verano quedó atrás, el otoño ha llegado un poco tarde, pero ya esta aquí. Dispuestos a retomar nuestros paseos por el territorio minero, seguir descubriendo nuestro pasado.
Dejamos atrás, Pozo Rico y el Pozo San Vicente. Satisfecho, contento. Las viejas historias que mi madre contaba siendo yo un niño, sobre mi abuelo, mis tíos y de ella, han cobrado vida en mi imaginación motivado por el entorno. Pero mi curiosidad y el de mis acompañantes nos hace continuar, dirección a un paraje denominado Cristo del Valle.
Ya en 1854 existía un poblado minero. Estaba dotado de escuela, iglesia, cuartel de la Guardia Civil, y una cantina llamada "La Saturnina", donde el aguardiente y el vino corrían más que el agua, sobre todo cuando los mineros terminaban su jornada.
Durante sus inicios la explotación cambio varias veces de propietario, siendo la primera "La Sociedad de San Roque y Cristo del Valle". Esta cede la concesión a un particular en 1922, a su vez en 1925 la cede a la Compañía Nueva Linares. Esta explotación fue cerrada en 1934.
En la actualidad sólo se conservan en pie dos edificaciones, la denominada Casa de los Romera y la Casa de Ingenieros, ambas con cierto aire inglés, ellas están rodeadas de un pequeño bosque de eucaliptos.
Continuamos por el sendero en dirección al Pozo Cero de la mina del Mimbre, nuestra próxima parada el Pozo Estrella, pero conocidos por todos por "El Calvario". Desde 1832 hasta 1962, fueron varios los propietarios: la primera la Sociedad La Vigilancia y la última la Compañía Minera de Linares, todos se enfrentaron a litigios sobre la concesión, permisos administrativos, enfermedades de los mineros y como no, a la Guerra Civil. Cuentan que su último propietario después de una serie de desastres consecutivos, exclamó "Este pozo es un calvario" y de ahí su nombre.
Bajamos la cuesta, "la del Mimbre", desde que hemos salido del Pozo el Calvario, no dejamos de ver la silueta de la chimenea del Pozo Cero, una estructura impresionante, de las últimas en ser construidas, bien conservada, la fecha de su construcción 1907, si nos fijamos bien en ella podemos ver la fecha en sus piedras.
Este pozo se encuentra situado en el paraje denominado "Rincón de la Parrilla". En 1906 se crea la sociedad explotadora, esta tendrá problemas económicos y será embargada en 1915.
En 1918 se constituye la Compañía Minera de Linares y se queda con la concesión de todas las minas que explotan el filón de San Miguel, San José y El Mimbre. Este pozo cesa su explotación en 1930, alcanzando una profundidad de 360 metros.
Nuestro paseo ha llegado a su fin. Es toda una tradición del grupo, pararnos a tomar una cañas, comentar el paseo, hablar de todo y cada uno de los parajes, que hemos visitado. Esta vez elegimos Tatanda, un establecimiento de nueva apertura. En el número 8 de la calle Alemania.
De su cocina, entre otras cosas hemos probado, unos champiñones al horno con foie y brevas, un gazpacho de remolacha y roquefort y unos callos de bacalao, todo muy bueno. Nos marchamos con ganas de repetir la experiencia.
Dejamos atrás, Pozo Rico y el Pozo San Vicente. Satisfecho, contento. Las viejas historias que mi madre contaba siendo yo un niño, sobre mi abuelo, mis tíos y de ella, han cobrado vida en mi imaginación motivado por el entorno. Pero mi curiosidad y el de mis acompañantes nos hace continuar, dirección a un paraje denominado Cristo del Valle.
Ya en 1854 existía un poblado minero. Estaba dotado de escuela, iglesia, cuartel de la Guardia Civil, y una cantina llamada "La Saturnina", donde el aguardiente y el vino corrían más que el agua, sobre todo cuando los mineros terminaban su jornada.
Durante sus inicios la explotación cambio varias veces de propietario, siendo la primera "La Sociedad de San Roque y Cristo del Valle". Esta cede la concesión a un particular en 1922, a su vez en 1925 la cede a la Compañía Nueva Linares. Esta explotación fue cerrada en 1934.
En la actualidad sólo se conservan en pie dos edificaciones, la denominada Casa de los Romera y la Casa de Ingenieros, ambas con cierto aire inglés, ellas están rodeadas de un pequeño bosque de eucaliptos.
Continuamos por el sendero en dirección al Pozo Cero de la mina del Mimbre, nuestra próxima parada el Pozo Estrella, pero conocidos por todos por "El Calvario". Desde 1832 hasta 1962, fueron varios los propietarios: la primera la Sociedad La Vigilancia y la última la Compañía Minera de Linares, todos se enfrentaron a litigios sobre la concesión, permisos administrativos, enfermedades de los mineros y como no, a la Guerra Civil. Cuentan que su último propietario después de una serie de desastres consecutivos, exclamó "Este pozo es un calvario" y de ahí su nombre.
Bajamos la cuesta, "la del Mimbre", desde que hemos salido del Pozo el Calvario, no dejamos de ver la silueta de la chimenea del Pozo Cero, una estructura impresionante, de las últimas en ser construidas, bien conservada, la fecha de su construcción 1907, si nos fijamos bien en ella podemos ver la fecha en sus piedras.
Este pozo se encuentra situado en el paraje denominado "Rincón de la Parrilla". En 1906 se crea la sociedad explotadora, esta tendrá problemas económicos y será embargada en 1915.
En 1918 se constituye la Compañía Minera de Linares y se queda con la concesión de todas las minas que explotan el filón de San Miguel, San José y El Mimbre. Este pozo cesa su explotación en 1930, alcanzando una profundidad de 360 metros.
Nuestro paseo ha llegado a su fin. Es toda una tradición del grupo, pararnos a tomar una cañas, comentar el paseo, hablar de todo y cada uno de los parajes, que hemos visitado. Esta vez elegimos Tatanda, un establecimiento de nueva apertura. En el número 8 de la calle Alemania.
De su cocina, entre otras cosas hemos probado, unos champiñones al horno con foie y brevas, un gazpacho de remolacha y roquefort y unos callos de bacalao, todo muy bueno. Nos marchamos con ganas de repetir la experiencia.